Hay partes del mundo donde la homosexualidad aún está tachada como actos hereje; en este sitio exorcizan a la comunidad LGBT mediante violaciones, electrochoques y otras torturas
Aunque la homosexualidad ha sido plenamente aceptada en diversas partes del mundo, aún en la actualidad existen sitios donde cualquier cosa relacionada con la comunidad LGBT es vista como señal de herejía, razón por la que aún continúan persiguiendo a este azotado sector de la sociedad.
La Indonesia moderna es un ejemplo perfecto de lo que se acaba de mencionar, ahí los ‘ruqyah‘ o exorcismos islámicos son algo muy comunes, en ellos existen diferentes formas de tortura para que una persona homosexual se ‘cure’ de su ‘afección’, ya que ellos consideran que han sido poseídos por demonios llamados genios, seres conocidos en la religión musulmana, ampliamente practicada en este país del sudeste asiático.
Story out of Indonesia exposing Ruqyah, which is Exorcism as Conversion Therapy within the Muslim faith. Not surprising in a country where the Psychiatric Association still deems LGBT identities as mental illnesses. https://t.co/oNCCulG3ri#lgbtmentalhealth #conversiontherapy pic.twitter.com/96sVm14G5K
— AmirAhujaMD (@AhujaMd) November 10, 2019
Los ‘ruqyah’ pueden variar, hay algunos casos en los que se viola a la persona, otros en los que se le azota en vía pública junto con su pareja o también se les priva del sueño hasta que son ‘curados’, uno de los más conmovedores fue el de una mujer trans que fue quemada viva en el año 2020.
Lamentablemente, parece que las cosas no van a cambiar pronto para los habitantes de este país, ya que un estudio, realizado por Pew Research Center, descubrió que solo el 9 por ciento de los 270 millones de habitantes de Indonesia están de acuerdo en aceptar a la comunidad LGBT.
“LGBT harus di ruqyah karena banyak jin yang bersarang dam tubuhnya”
… soon afterward:
LGBT syariah 🏳️🌈 pic.twitter.com/Y4OIw4sC78— ً (@bakwankawai) December 26, 2019
Obviamente, estos ‘tratamientos’ no han demostrado en ningún momento ser efectivos, al contrario, solamente han funcionado para traumatizar a quien tiene la desgracia de pasar por ellos, como es el caso de una mujer trans que habló con el Bangokok Post, ella declaró:
Nada cambió después del exorcismo, todavía soy LGBT (…) Es traumatizante, el horror de ese recuerdo permanece en mi cabeza.
Fuente: Tribuna