Es hora de cuestionar lo ‘normalizadas’ que están las expresiones homofóbicas.
Desde el pasado 28 de abril, miles de ciudadanos han salido a manifestarse en señal de descontento con el Gobierno. Arengas como “el que no salte es marica” o “se hace el marica por televisión” se han cantado y escuchado en las calles.
Una reflexión que ha surgido de las jornadas es que, en algunos de estos cánticos, se normaliza la mención despectiva en contra de la comunidad Lgbtiq+, pues se replica un discurso homofóbico que segrega a quienes han sido históricamente señalados.
Por eso, más empoderada que nunca, y con la altura de hacer arte a través del transformismo, Myth Drag Queen, personaje que toma vida gracias a la performatividad del antioqueño Mitchael Steven Velásquez, decidió salir a la calle como han hecho miles de colombianos.
Motivadas por esto y reivindicando su derecho a transitar espacios públicos, Myth y sus ‘hijas’, las también ‘drag queens’ Tasha West y Amalia Charming, en compañía de su colega Drag Xenty y de la modelo trans Sajira Prada, se unieron a las manifestaciones en Medellín del pasado 1 de mayo.
Calzando sus tenitacones de 15 centímetros, Myth y sus compañeras salieron a eso de las 11:30 a.m., tras más de seis horas de preparación, para unirse a la marcha social, visibilizando la diversidad en medio de estas agitadas jornadas.
Alzaron su voz por las existencias plurales, diversas y libres de construcciones sociales impuestas. Y lo hicieron en la calle, uno de los espacios de mayor violencia en contra de la comunidad Lgbti+ en Colombia, especialmente para las personas no binarias y las personas trans.
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Myth y sus ‘hijas’ salieron desde el barrio Las Flores, en Envigado. A pesar de que los taxistas, buscaron la forma de llegar hasta el Parque de los Deseos, en donde se unieron a la marcha y se abrieron paso con su presencia entre aplausos y gritos de apoyo.
“Llegamos y la gente nos trató con un respeto que no se había visto en toda la historia. Literalmente, nos abrieron el camino como si fuéramos Moisés y ellos el río”, dice con gracia Myth, quien, aún en el momento de la entrevista, seguía sorprendida con el recibimiento.
“Nos dieron paso en medio de aplausos y logramos atravesar toda la marcha pasando por sectores donde estaban diferentes personas, entre ellos barristas. Logramos llegar hasta la cabeza de la marcha y la gente nos felicitaba por el atrevimiento y la valentía”, agregó.
Para Flor Chavela Feathers, influenciadora bogotana trans, “Las personas trans en Colombia no viven, sobreviven. Salen con miedo todos los días a ser violadas, asesinadas o agredidas. No tienen cupos laborales, tampoco tienen acceso a la educación superior y muchas de ellas tienen hasta que dejar sus territorios por persecución”.
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De acuerdo con la Red Latinoamericana y del Caribe de Personas Trans, la expectativa de vida de los y las trans es de 35 a 41 años, en contraste con el promedio general de la región, el cual es de 75.
Durante 2020, se registraron 32 asesinatos a mujeres trans en el territorio nacional. En lo corrido de los primeros cuatro meses de este 2021 se notificaron 10 homicidios en contra de ellas, según información de la fundación Red Comunitaria Trans.
Además, Colombia Diversa reveló que en el 2020 hubo 75 homicidios a personas Lgbtiq+.
Ante estas cifras cobran relevancia las representaciones performativas que visibilizan la existencia más allá de los parámetros normalizados, especialmente en momentos de ‘comunión social’ como las manifestaciones actuales.
Un ejemplo de ello fue la participación de Myth y sus colegas en la protesta o el video viral en el cual Piisciiss, Neni Nova y Axid, personas trans no binarias, bailaron al ritmo de Vogue Femme en plena Plaza de Bolívar, en Bogotá.
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Marchas y cánticos sin machismo
Las agresiones a las diversidades en nuestro país tienen cierto grado de normalización y pueden llegar, incluso, a hacerse de forma inconsciente.
De acuerdo con Furia marica, colectiva transfeminista (que se denomina como marica anti-racista y disidente), el paro nacional puede convertirse en un momento adecuado para acabar con el pacto cis-heteropatriarcal.
En sus redes plantean que esto se ve reflejado en las frases de descontento que se gritan y que, inconscientemente, desconocen que las disidencias sexuales no solo han estado al frente de la violencia del estado, sino que también sufren el machismo.
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Alma Ortiz Giraldo, periodista y comunicadora trans, y estudiante de maestría en Educación y Desarrollo Humano; menciona que, a nivel colectivo, se ha adelantado todo un proceso de transgresión del lenguaje, en el cual se ha buscado la resignificación y apropiación de un término despectivo.
“Sin embargo, en los espacios de protesta el empleo de la palabra ‘marica’ no se hace desde una perspectiva reivindicativa, por el contrario: es utilizado para reforzar las posiciones sociales en las que hegemónicamente la homosexualidad es inferior a partir de la heteronormatividad”, le explicó a EL TIEMPO.
Es por ello que Alma invita a dejar de hacer uso acrítico de expresiones tanto homofóbicas como transfobicas para seguir con la deconstrucción de estos conceptos. Esto permitirá que todas las voces sean escuchadas y se hagan visibles otras formas de marchar y de existir.
Fuente: El Tiempo