Los estigmas que enfrentan las personas de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, trans e intersexual, así como la vulneración de sus derechos, aumenta si cumplen una condena en la prisión. Cuando se trata de acceso a la justicia, al debido proceso y una privación de libertad con respeto a sus garantías, la discriminación se incrementa de manera aguda, afirmó la organización Asilegal.
Desde la detención, durante el proceso judicial y hasta la ejecución de una pena privativa de la libertad, ser LGBT “en conflicto con la ley penal es una situación de vulnerabilidad acrecentada donde las autoridades usualmente son las primeras en perpetuar los daños”, indicó.
Tras recabar más de 30 testimonios de personas de la diversidad sexual presas en el país expuso que, aunado a ello, no se tiene un programa de reinserción social eficiente y esta población es rechazada en los centros de trabajo debido a su orientación sexual e identidad de género.
Refirió que, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), en la Encuesta sobre discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género 2018, las personas LGBT, en particular trans, son orilladas a dejar sus hogares desde edades muy jóvenes. Los motivos, añadió, son diversos: la mayoría de los gays, bisexuales y lesbianas abandonaron el seno familiar para trabajar o estudiar (entre 49 y 66 por ciento), pero las mujeres y los hombres trans relacionan principalmente su salida con la orientación sexual y problemas familiares.
La organización civil defensora de derechos humanos destacó que la acelerada necesidad por salir del lugar de origen propicia la desconexión con las personas que conforman sus entornos inmediatos, además tiene como consecuencia la precariedad económica y la restricción de acceder a derechos elementales.
Fuente: La Jornada