El miedo de lo que traerá para la comunidad LGBT+ la polémica ley homófoba aprobada en Hungría, por un lado, y la esperanza de que la Unión Europea tome cartas en el asunto, por el otro, marcan el inicio del Budapest Pride, el mes del Orgullo Gay que comienza este viernes.
En la comunidad LGTB+ «ha aumentado la preocupación y el miedo de lo qué pasará ahora», tras la adopción de la normativa que prohíbe presentar la homosexualidad y el cambio de sexo a menores de edad, sea en las escuelas o en los medios, explica a Efe Johanna Majercsik, miembro de la directiva de Budapest Pride.
La controvertida legislación fue adoptada por el Parlamento magiar con los votos de la mayoría absoluta del partido Fidesz del ultranacionalista Viktor Orbán, y de facto vincula la homosexualidad con la pederastia.
Preocupación, inseguridad y miedo
La activista admite que es pronto, de momento, para saber qué implicará para la vida de los miembros de la comunidad LGBT+, ya que se desconoce cómo se aplicará. El Parlamento deberá debatir todavía una serie de detalles que el texto aprobado no determina.
Entre otras dudas, es muy difícil de interpretar qué significa en ese texto «la presentación de la homosexualida», si se trata de una «prohibición general», uno de los puntos que será analizado por abogados de diferentes ONG, agrega Majercsik.
Ante esta situación, Budapest Pride ha lanzado una campaña en las redes sociales bajo la etiqueta (hashtag) «#youarenotalone» (no estás solo).
Se trata de enviar «el mensaje de que todos (los afectados) pueden contar con el apoyo de la comunidad, pero también con el de la sociedad mayoritaria. Para que nadie tenga miedo», subraya.
En medio de la preocupación y miedo al futuro que ha despertado la nueva ley, los organizadores de los más de un centenar de eventos del mes del Orgullo Gay budapestino, incluido el gran desfile del 24 de julio, han recibido expresiones de un apoyo amplio, mayor al de los años anteriores, de la sociedad húngara.
«Recibimos cada vez más mensajes de apoyo y nadie ha cancelado los programas», resalta Majercsik.
«No modificaremos nada por la ley, dejaremos entrar a los menores de edad a los eventos y tampoco habrá menos programas», comenta.
El vaso colmado
Pero no es suficiente para la comunidad LGTB+ húngara: la nueva ley es solo un nuevo capítulo de la estrategia del Gobierno de Orbán contra los homosexuales y transexuales, y ha colmado el vaso.
Ya en 2011 introdujo en la Constitución la definición del matrimonio como la unión de un varón y una mujer. Posteriormente, se vetó tanto el registro de cambio de nombres de los transexuales como la adopción de niños por parejas del mismo sexo.
Los ojos puestos en la UE
Una intervención eficaz de la Unión Europea, que vaya más allá de los habituales comunicados de preocupación y condena de las políticas de Orbán, es lo que espera ahora la comunidad húngara.
«Muchas veces oímos los mensajes de la UE o la CE de que siguen de cerca los acontecimientos, que califican de preocupantes», sin embargo, «estos comunicados hasta el momento no han ayudado a nadie en Hungría», recuerda la activista.
«Pedimos a la CE que use los instrumentos legales que tiene a su alcance, como el procedimiento de infracción o el corte de fondos comunitarios. Es muy probable que sea la única manera de influir en Orbán», recalcó.
Los valores europeos
La ola de indignación ha traspasado las fronteras del país, y el tema fue abordado ayer jueves por los líderes europeos, que «nunca» antes habían tenido una discusión de «este tipo» sobre los valores de la UE, según aseguró hoy la canciller alemana, Angela Merkel.
La jefa del Gobierno germano resaltó que «el respeto y la tolerancia son la esencia» de los valores europeos y admitió, en una rueda de prensa, que el debate con Orbán fue «controvertido».
Estuvo precedido por una carta promovida por España y Luxemburgo que firmaron diecisiete jefes de Estado y de Gobierno defendiendo los valores de la diversidad establecidos en el artículo 2 del Tratado de Lisboa.
La CE ha enviado una carta a Budapest para ver si la ley «es acorde a los tratados», dijo Merkel, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que es «totalmente contraria» a los valores de la UE y promueve la homofobia.
El primer ministro neerlandés, Mark Rutte, opinó incluso que Hungría debería salirse del club comunitario si no la deroga, una consecuencia que, sin embargo, jurídicamente solo es posible por voluntad expresa del pueblo magiar, como en el caso del brexit.
No obstante, Rutte consideró hoy que la CE está «muy motivada» para tomar «todos los pasos necesarios, uno a uno», y el primero de ellos ha sido pedir a Budapest explicaciones concretas, como, por ejemplo, sobre cómo «se vinculan de alguna manera» la homosexualidad y la pedofilia.
EFE