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Suiza: siete años de lucha por el matrimonio igualitario

Suiza: siete años de lucha por el matrimonio igualitario
Internacional

El 64.1% del país votó por el sí en un referéndum.

Hace unos días, el país de  Heidi se convirtió en el trigésimo Estado en aprobar el matrimonio igualitario. Con el apoyo de los principales partidos políticos, de la federación de entidades evangélicas y hasta de parte del arzobispado católico, el 64.1% del país votó por el sí a través de un referéndum que deberá ser refrendado por el Parlamento en las próximas semanas. La coordinadora general de la campaña por el matrimonio para todes, Olga Baranova, y Thierry Delessert, el académico que más sabe sobre la historia de la comunidad LGBT suiza, contaron los entretelones de esta nueva conquista.

“1:06 de la mañana y yo estoy respondiendo solicitudes de los medios”tuiteó en francés Olga Baranova a la madrugada del lunes 27 de septiembre, cuando la noticia de que Suiza había aprobado el matrimonio igualitario en un referéndum daba vueltas al mundo y este cronista de SOY le acababa de mandar un mensaje directo en inglés, desde Buenos Aires, para coordinar una entrevista. ¿Quién mejor que la coordinadora general de la campaña Matrimonio Para Todes para interiorizarse en los pormenores y en los detalles de esta nueva conquista para los derechos LGBT en un país tan distinto al nuestro y por momentos tan difícil de entender?

Del otro lado de la pantalla, vía Skype, Baranova repasa la lucha de más de 40 años de la comunidad queer suiza que desembocó primero en una discusión parlamentaria de 7 años y una campaña por el plebiscito de poco más de 3 meses, en medio del verano europeo y de las primeras aperturas de esta etapa de la pandemia. “En Suiza los procesos políticos demoran mucho, mucho tiempo. Los políticos siempre están con miedo de introducir nuevas políticas públicas y siempre esperan a que la gente primero cambie de parecer. Hace 15 o 20 años era impensable que se aprobara el matrimonio igualitario porque la campaña por la unión civil, vigente desde 2007, fue muy difícil y la mentalidad de la gente cambió mucho en estos años. Diría que Suiza nunca tuvo un cambio de mentalidad tan rápido… y los políticos estuvieron detrás de este cambio”, dice Baranova, de 30 años, nacida en Rusia, criada y educada en Alemania y radicada en Suiza hace más de una década.

La coordinadora de la campaña que nucleó a seis organizaciones LGBT para convencer a la ciudadanía de que votara por el sí se define como una mujer hetero cis que conoció la homofobia por primera vez a sus 13 años y desde ese entonces se convirtió en una aliada de la comunidad. Para una materia de educación cívica del secundario le pidieron ir a una organización social y preparar una exposición sobre su estructura de trabajo. Olga y sus compañeros fueron a una organización LGBTI y luego hablaron ante el aula sobre lo que habían visto: “Fue como una revelación para mí. En ese momento supe por primera vez lo que es la desigualdad, lo que es la injusticia. No entendía cómo había tanta gente sufriendo por ser homosexual, bisexual o transexual. Mis padres son rusos y con ellos nunca había hablado sobre homosexualidad”, cuenta.

Un poco de política helvética

Suiza es una república federada formada por 26 estados o cantones, gobernada por un Consejo Federal de siete miembros en lo que vendría a ser el Poder Ejecutivo y con un Poder Legislativo dividido en dos cámaras. El Poder Judicial tiene en su cima al Tribunal Federal, formado por jueces elegidos por el parlamento con un mandato de seis años. En ciencia política se suele decir que Suiza es un país con democracia semidirecta porque muchas cuestiones (a nivel federal, cantonal y municipal) pasan por el voto directo de los ciudadanos a través de referendums antes y después de que se voten en el parlamento. Lo que para la mirada de afuera puede ser visto como un ejemplo de democracia colegiada, para la mirada de adentro puede ser visto como una situación casi anárquica en la que el poder está distribuido en varias manos y donde cuesta mucho tomar decisiones.“ Acá votamos cada tres o cuatro meses. Están los referéndums facultativos, para cambiar el resultado de una ley aprobada y los referéndums obligatorios, que tienen que ver con asuntos financieros o constitucionales”, cuenta Olga.

Baranova fue elegida para coordinar la campaña por el matrimonio, entre otras cosas, porque sus años de experiencia en el partido socialdemócrata la dotan de la experiencia necesaria para saber cómo, cuándo y con quiénes jugar en la política helvética. Era clave contar con alguien que no se perdiera en ese laberinto de normas y burocracia y que al mismo tiempo supiera cómo hacer para lograr una mayoría. Conocer el funcionamiento de los relojes suizos, más lentos que precisos, era fundamental.

En abril, tras la discusión parlamentaria de siete años, se anunció que la campaña por el referéndum se iniciaría en junio para votarse a fines de septiembre. Una vez conocidos esos plazos, Baranova y su equipo diseñaron una estrategia en los cuatro idiomas de Suiza (alemán, italiano, francés y romanche) y con una idea en mente: la distribución territorial de la militancia. “Hubo tres campañas por el sí: una de una coalición liberal, otra de partidos políticos y la nuestra, de seis organizaciones de la sociedad civil. Nuestro foco estuvo puesto en la movilización: construimos 30 comités a lo largo y a lo ancho de Suiza para distribuir materiales y construir equipos en los 26 cantones. También tuvimos mucha presencia en los medios y en las redes sociales. Hubo muchos influencers de Instagram que nos apoyaron y hasta tuvimos nuestra propia canción. ¡Es la primera vez que se hace una canción especialmente para una campaña suiza! Hicimos una campaña a pulmón, con base en la sociedad civil y muy original”.

Un poco de historia

Como el tiempo en Suiza corre de una manera distinta, todavía no se sabe cuántas semanas pasarán hasta que la ley de matrimonio igualitario aprobada en el referéndum del 26 de septiembre pasado entre en vigencia. Lo que sí se conocen son los alcances que tendrá en materia de derechos civiles: además de extender la posibilidad de contraer matrimonio a parejas del mismo sexo, la nueva ley habilitará la adopción de niñxs por parte de parejas homosexuales y el acceso a las técnicas de fertilización asistida para parejas de lesbianas que quieran acudir a donantes de esperma. En el caso de que acudan a bancos de donantes anónimos, sus hijes tendrán la posibilidad de conocer quiénes son sus padres biológicos al momento de alcanzar la mayoría de edad. Esa norma ya existe para las parejas heterosexuales y ahora también para las lesbianas. En el caso de la subrogación de vientre, es una práctica no permitida ni para parejas hetero ni homosexuales.

El historiador Thierry Delessert es el mayor experto en la historia de la comunidad LGBT. Como no se siente muy cómodo con el inglés, prefirió mandar sus respuestas a SOY por escrito desde su oficina de la Universidad de Lausana. Ante la pregunta de cuáles fueron los hitos en las conquistas de derechos para la comunidad, respondió:

  • En los 80, la lucha fue para la descriminalización de la homosexualidad. Esto fue aprobado por un referéndum en junio de 1992.
  • Después estuvo la lucha para el registro de las uniones civiles de parejas homosexuales. Se empezó a discutir por un pedido de grupos LGBT en 1995 pero el gobierno se tomó su tiempo, el parlamento también y la ley se votó en 2004. En junio de 2005 esta votación fue refrendada por un referéndum y la ley se implementó recién en enero de 2007. De todos modos, era una ley desigual porque prohibía la adopción, las técnicas de fertilización asistida y el reconocimiento de la paternidad a uno de los integrantes de parejas homosexuales. La idea era preservar al matrimonio como una institución heterosexual.
  • 2013 fue un año en el que pasaron muchas cosas: La primera. Las Familias del Arcoiris presentaron una petición para que miembros de parejas homosexuales pudieran adoptar hijos de sus parejas. Este proceso terminó con la aprobación en 2018. Se intentó hacer un referéndum para voltear esta ley pero no juntó el número de votos necesarios, porque la ley había sido pensada originalmente para familias ensambladas y parejas heterosexuales que no se casaron. La segunda. Un grupo de parlamentarios presentó un proyecto para tipificar a la homofobia como un delito del Código Penal. Se votó en el parlamento, fue a referéndum y se terminó de aprobar en febrero de 2020. La tercera. Finalmente este año también se presentó la iniciativa parlamentaria para el matrimonio igualitario que terminó de aprobarse en… diciembre de 2020 y que desembocó en este referéndum.

Fuente: página12

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