“Como pareja homosexual, es incluso ofensivo que te pregunten quién es el verdadero padre del hijo”.
Guillermo nunca se sintió discriminado por ser homosexual en Namibia, hasta el momento en que decidió oficializar su relación con su esposo, Phillip Lühl, en 2017.
En los últimos meses, su caso ha tomado prominencia, especialmente tras el nacimiento de sus hijas, Paula y Maya, en marzo de este año.
Namibia se niega a reconocer tanto el matrimonio como la paternidad de la pareja, lo que dejó a sus tres hijas apátridas hasta el 20 de mayo, cuando finalmente México les otorgó la ciudadanía.
Las relaciones sexuales entre hombres están prohibidas en Namibia, pero esta ley no suele aplicarse.
Nacido y criado en Ciudad de México, Guillermo Delgado asegura, en entrevista con BBC Mundo, que jamás pensó que acabaría viviendo en el sur de África.
Pero a sus veintitantos conoció a su esposo Phillip, un namibio de ascendencia alemana, cuando ambos estudiaban una maestría en arquitectura en los Países Bajos.
“Fue en 2008 y empezamos a salir poco después de conocernos. Recuerdo que al finalizar la escuela comenzamos a trabajar y luego Phillip se enteró de que en su país se estaba formando la primera escuela de arquitectura”, relata Guillermo, quien ahora tiene 36.
“Un día me preguntó: ‘¿Por qué no nos vamos a Namibia?’, y yo le dije que sí“.
Él pensó que la mudanza sería por un par de años, pero más de una década después sigue viviendo en Windhoek, la capital del país.
“Don’t ask, don’t tell”
Desde su llegada a África, Guillermo cuenta que nunca estuvo “en el closet”.

Phillip y su madre con las gemelas en Sudáfrica, mientras hablan con Guillermo a través de Zoom.
“Siempre hemos sido abiertos respecto a nuestra sexualidad con todos nuestros familiares, amigos y colegas, desde el primer día. Como gay, francamente siempre me sentí bien en Namibia”, prosigue.
Asegura que la sociedad actúa en base a una política similar a la de “Don’t ask, don’t tell” (No preguntes, no digas), una ley que les prohibía a los miembros homosexuales y bisexuales de la armada estadounidense revelar su orientación sexual y que fue abolida en 2011.
“Somos dos hombres, que igual podrían pasar como amigos, así que la gente que no quería ver lo que somos, simplemente se hacía la vista gorda. Por ese lado siempre fue relativamente fácil para nosotros”, explica.
Pero en 2017 la pareja comenzó a sufrir de primera mano los problemas que puede ocasionar el ser homosexual en Namibia. Precisamente cuando quisieron ser reconocidos como una pareja del mismo sexo ante las autoridades de inmigración.
“Comenzamos a tener problemas cuando quisimos oficializar lo que somos“.
Si bien el arquitecto mexicano afirma que antes de eso eran felices en Windhoek, no oculta que en algún momento pensaron que podrían tener una mejor vida en la vecina Sudáfrica.
Para nosotros no hay un verdadero padre ni un padre de mentira”.
Guillermo Delgado
Activista LGBT+ en Namibia