En otro ataque de odio contra la comunidad LGBT, un taxista atacó a Juan Carlos cuando regresaba a su casa
Hace unas semanas, Juan Carlos decidió salir a festejar junto a unos amigos en un antro gay ubicado en las calles del centro de Veracruz. Ya entrada la madrugada, después de haber consumido solo dos cervezas, el joven decidió que era momento de regresar a casa y varios taxistas le ofrecieron sus servicios a la salida del lugar. Lo que ocurriría después estuvo a punto de convertirse en una tragedia.
El peligro del taxi
Al salir del antro, conocido como “La Chota de Pages”, Juan Carlos aceptó el ofrecimiento de uno de los taxistas y emprendió el regreso a casa donde lo esperaba su esposo. Como suele ocurrir a bordo de un taxi, el conductor empezó a hacer plática e intercambió puntos de vista con Juan Carlos sobre diferentes temas.
En ese momento, el conductor, un hombre de entre 30 y 35 años de edad, le ofreció amablemente una pastilla a su pasajero. Ya entrado en confianza, Juan Carlos la aceptó.
Un difícil despertar
A partir de ese momento, Juan Carlos no recuerda absolutamente nada. Cuando despertó la mañana de aquel 27 de junio, el chofer lo había golpeado, le había robado sus pertenencias y lo dejó tirado en una playa de Boca del Río. Totalmente desorientado, Juan Carlos solo atinó a tocarse la cara para darse cuenta de que tenía cubierto el rostro de sangre. Además, el joven pudo constatar que, al ser golpeado, se le habían caído varios dientes y pensó lo peor cuando certificó que su pantalón estaba desabrochado.
Minutos después, Juan Carlos recibió la ayuda de otro taxista quien finalmente lo llevó a su casa. Al levantar la denuncia ante las autoridades, el joven fue sometido a una revisión médica donde se comprobó que tenía golpes en la espalda y en la pierna, pero, afortunadamente, no había sido víctima de abuso sexual.
Las sustancias peligrosas
En el caso de Juan Carlos, la sustancia impregnada en la pastilla fue el ciclopentolato. Esta droga, muy común para cometer crímenes en antros y bares, produce en el corto plazo sueño y pérdida del conocimiento.
Desde hace varias semanas, con el regreso a la fiesta en la “nueva normalidad”, una red de criminales varios estados del país ha desatado este mecanismo tras la reapertura paulatina de antros y bares. ¿Cómo logran su objetivo? A través de las sustancias en polvo. Además del ciclopentolato, con un mecanismo muy similar, la escopolamina puede ser vertida en tu bebida e incluso, por más sorprendente que parezca, podría entrar a tu cuerpo si alguien la sopla cerca de ti y consigue que ingrese por tu nariz. De hecho, de acuerdo a varios estudios científicos, esta droga es más letal si se inhala.
Fuente: CCNEWS
