Con ello, activistas han señalado que se abre la puerta para mayor discriminación.
El país europeo está volviendo a prácticas que no se veían desde el siglo XX.
Estos son los detalles de lo ocurrido.
Hungría prohibió la «promoción» de la homosexualidad entre las personas menores de edad en una ley que genera inquietud en asociaciones de defensa de derechos humanos.
A esto se le suman críticas con el incremento de restricciones contra el colectivo LGBTIQ+ por parte del gobierno de Viktor Orban.
Estas asociaciones temen que la ley, bajo el supuesto paraguas de «proteger los derechos de los niños», cancele programas de educación sexual y de género o censure libros, series o películas donde se evoque la homosexualidad.
«La pornografía y los contenidos que representen la sexualidad o promuevan la desviación de la identidad de género, el cambio de sexo o la homosexualidad no deben ser accesibles a menores de 18 años», dice el texto.
La ley fue aprobada por 157 votos a favor y uno en contra en el Parlamento durante una sesión transmitida en directo por los medios que fue boicoteada por gran parte de la oposición.
Miles de personas protestaron en las calles de Budapest para denunciar esta «propaganda permanente» del gobierno contra la comunidad homosexual y sexodiversa de Hungría.
Orban, que prometió instaurar una «nueva era» cultural para defender los valores cristianos y tradicionales, endureció a lo largo de su mandato la legislación contra la homosexualidad, bisexualidad y transgénero en Hungría.
En la práctica, la ley puede implicar que no se autoricen programas de educación sexual o la publicidad de multinacionales solidarias con las minorías sexuales, así como una recopilación de cuentos y leyendas desdramatizando la homosexualidad que enfadó al poder en otoño de 2020. El primer ministro Orban pidió entonces «dejar a los niños tranquilos».
Oenegés de defensa de derechos humanos temen que esto implique la prohibición de series y de películas donde se evoca la homosexualidad.
Amalgama
La diplomacia estadounidense expresó su «preocupación» por la «libertad de expresión» y estimó que la ley húngara planteaba limitaciones que «no tienen cabida en una sociedad democrática».
«El texto de la ley es, a propósito, muy ambiguo», señala Zsolt Szekeres, representante del comité de Helsinki (HHC), una organización de defensa de los derechos humanos.
Aunque asegura que todavía desconocen «enteramente las consecuencias» de la ley, Szekeres se muestra seguro que su aprobación «enfriará a los organizadores» de eventos.
«Estas proposiciones estigmatizarán todavía más al colectivo LGTB. Tiene una mayor discriminación en un ambiente ya hostil», comentó el director de Amnistía Internacional en Hungría, David Vig.
El experto ve cercanía con la ley rusa que prohíbe todo acto de «propaganda» homosexual destinada a los más jóvenes.
Las multas vienen estipuladas junto a un arsenal de medidas de protección de menores y para combatir la pedofilia.
Entre ellas figura la creación de una base de datos de condenados accesible al público o la prohibición de que trabajen en determinadas profesiones.
En diciembre, el gobierno prohibió de facto la adopción para parejas del mismo sexo. Además, inscribió la noción tradicional de familia y de «género» en su Constitución.
Miembro desde 2004 de la Unión Europea, Hungría es regularmente acusada por Bruselas de atentar contra el Estado de derecho.
«No podemos dejar que nuestros conciudadanos piensen que en cuestiones tan fundamentales, Europa es a la carta. Y por eso los defenderemos con firmeza», aseguró el secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune.
Antes del retorno del poder de Orban en 2010, era uno de los países más progresistas de la región. La homosexualidad está despenalizada desde 1960 y la unión civil entre personas del mismo sexo estaba reconocida desde 1996.
AFP