Después de que varios equipos de la Liga Mx cambiaron sus escudos en redes sociales con la bandera de la diversidad sexual, Héctor Miguel Salinas, doctor en ciencias políticas y sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, indicó que “este supuesto apoyo es más para actuar de manera políticamente correcta” y también por la presión hacia la Federación Mexicana de Futbol (FMF) por el grito homofóbico “¡eeeh, puto!”
“Se manifiestan el Día del Orgullo LGBT (lésbico, gay, bisexual, trasngénero, travesti y transexual), sacan la bandera del arcoíris, pero el resto del año se les olvida el tema, parece más de corrección política. Si de verdad quieren apoyar, deben empezar con acciones concretas, con campañas de concientización o apoyo a la Liga Mx Femenil”, dijo Salinas, autor del libro Eeeh puto.
Consideró que los castigos y señalamientos de la FIFA para erradicar el grito en los partidos del Tricolor también influyó para que por primera vez varios clubes mexicanos mostraran una postura de apoyo a la diversidad sexual.
“La Federación tiene la soga en el cuello con el problema del grito, las multas y la posibilidad de más castigos. De repente salen con estas manifestaciones de apoyo. Yon de Luisa (presidente de la FMF) dice que lo importante es que no les cierren los estadios, cuando lo verdaderamente trascendental es evitar la homofóbia y discriminación”, sostuvo.
Equipos como Pumas, Cruz Azul y América modificaron sus escudos en redes sociales para incluir la bandera de la diversidad, aunque sólo las Águilas expresaron un mensaje en favor de la tolerancia y aceptación al grupo LGBT.
Aunque reconoció el gesto de los equipos, enfatizó que “si no hay acciones de fondo, todo queda en un esfuerzo vacío y no sirve de nada”.
Lamentó que “faltan verdaderas políticas internas en apoyo a la diversidad” dentro del balompié, al recordar que tan sólo en México aún no existe un jugador en activo que se declare abiertamente homosexual.
“La presión económica por los patrocinios y promoción es tan fuerte que ni siquiera pueden insinuar al menos que son bisexuales. Aquí todos deben ser heterosexuales, bien machines”, dijo.
Destacó que en la rama femenil varias jugadoras han reconocido de manera pública que son lesbianas, pero las políticas de los clubes les prohíben hablar del tema.
“Es una política de avestruz. Los clubes reconocen la existencia de las jugadoras lesbianas, pero las aceptan con la condición de que escondan la cabeza, que no hagan más ruido, es una forma de regresarlas al ‘closet’ y es una manera de discriminación”, apuntó.
Indicó que la UEFA quedó al descubierto con “una actitud de hipocresía” al usar los colores del arcoíris en su escudo, pero prohibirle al Allianz Arena, del Bayern Múnich, iluminar el recinto en apoyo a la comunidad LGBT.
Fuente: La Jornada