Miembros de la comunidad LGBT de Polonia expresaron temor y furia tras la reelección del presidente Andrzej Duda, cuya campaña los tildó de peligrosa amenaza contra las tradiciones familiares en el país profundamente católico.
Activistas denunciaron que la retórica homofóbica del mandatario es análoga a la usada en Rusia por el presidente Vladimir Putin, quien en el 2013 firmó una ley para prohibir la “propaganda homosexual” y donde la constitución ahora prohíbe los matrimonios de personas del mismo sexo.
Muchos miembros de la comunidad LGBT temen que Polonia se dirige en esa misma dirección y algunos de ellos han abandonado el país por temor a la persecución. Otros han jurado quedarse e intensificar la lucha por sus derechos.
“Siempre hay un precio a pagar por este tipo de retórica, y el que lo paga no son los políticos sino nosotros”, declaró Hubert Sobecki, director del grupo pro-LGBT El Amor No Excluye. Señaló que algunos se han suicidado, inclusive jóvenes que fueron acosados en la escuela.
“Esto es algo que lleva años”, comentó Sobecki en una entrevista el martes en un café solidario con el movimiento frente al cual, pintado con tiza en la acera, estaban las palabras “Estamos con Ustedes” y un dibujo de un corazón con los colores del arco iris.
“Esto es un desastre. Podríamos decir que se trata de un desastre comunitario, pero ello no llega ni cerca de captar la magnitud del sufrimiento que esta gente está infligiendo contra nuestra comunidad”, indicó Sobecki.
“Nos llaman ‘ideología’, pero a quien golpean en la calle no es a la ideología”, añadió.
Duda obtuvo el domingo otro período de cinco años, derrotando por estrecho margen al alcalde de Varsovia Rafal Trzaskowski, con 51% de los votos.
En las últimas semanas de la campaña, Duda intentó afianzar su respaldo entre los sectores conservadores mediante denuncias y críticas contra los LGBT. Firmó una “Proclama Familiar” en que se comprometió a “prohibir la propagación de la ideología LGBT en instituciones públicas” y propuso una enmienda constitucional para prohibir las adopciones por parte de parejas del mismo sexo.
La campaña de Duda también estaba preñada de retórica xenófoba y antisemita, pero su retórica más afilada fue contra el movimiento pro-derechos LGBT, incluso llamándolo más peligroso que el comunismo, frase que resonó entre millones de polacos que sufrieron bajo la represión comunista.
En un comentario denunciado como el más deshumanizante de todos, Duda declaró que “los LGBT no son gente, son una ideología”.