El presidente, quien es el principal impulsor de la iniciativa tras un giro en su posición, respondió así a los reclamos de las iglesias Católica y Evangélica y agregó: “Una cosa es el mundo de la religión, que es un mundo voluntario, otra cosa es el mundo laico, el de las leyes, que es obligatorio para todos”
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, defendió este sábado el matrimonio igualitario, luego de que las iglesias Católica y Evangélica lanzaran duras críticas contra el proyecto de ley, que está a punto de aprobarse en el Parlamento.
”En nuestro país no todas las familias están unidas en un matrimonio. Por eso es importante que la legislación proteja a todos”, aseguró el mandatario conservador.
El Senado de Chile aprobó el 21 de julio el proyecto de ley para legalizar el matrimonio igualitario, que aún debe sortear en las próximas semanas otra votación en la Cámara de Diputados para su entrada en vigor.
El proyecto se ha convertido en los últimos años en una de las mayores luchas de los colectivos LGTBI en Chile, donde los homosexuales solo pueden unirse desde 2015 bajo la figura del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no reconoce derechos filiativos.
De aprobarse en las próximas semanas en la Cámara de Diputados, donde se espera que cuenta con una mayoría de apoyos, Chile se sumaría a Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Ecuador, Costa Rica y varios estados mexicanos en poseer legislaciones similares.
Con motivo de las Fiestas Patrias y los 211 años de independencia que se celebran este fin de semana en Chile, las iglesias Católica y Evangélica celebraron distintos oficios en los que se refirieron al matrimonio igualitario y al aborto, entre otros asuntos de actualidad.
El arzobispo de Santiago, Celestino Aós, dijo en su homilía que “el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural” y “la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer” son “valores no negociables”.
”Una cosa es el mundo de la religión, que es un mundo voluntario, otra cosa es el mundo laico, el de las leyes, que es obligatorio para todos”, le respondió luego Piñera en declaraciones a los periodistas.
La iniciativa, presentada al final del segundo mandato de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018) y estancada durante más de cuatro años, fue retomado el pasado 15 de junio a petición del propio Piñera.
En enero de 2020, el Senado chileno decidió aprobar la idea de legislar el proyecto, pero no avanzó en su articulación ante la férrea oposición de los partidos conservadores que integran la coalición oficialista.
Dando un giro a su postura sobre el matrimonio igualitario y en contra de lo que defienden algunos de sus socios de Gobierno, el gobernante solicitó sorpresivamente a los legisladores durante su última cuenta pública tratar el proyecto con “urgencia”, un mecanismo que permite apurar su tramitación y al que se había negado en 2019.
El sorpresivo respaldo de Piñera, quien rechazó en 2019 darle urgencia al mismo proyecto y acelerar su tramitación, cayó como un jarro de agua fría en los partidos que forman la coalición con la que gobierna, especialmente en la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI).
Según un sondeo reciente de Ipsos, el 65% de los chilenos cree que se debería permitir el matrimonio gay, lo que coloca a Chile como el segundo país latinoamericano con mayor respaldo, solo por detrás de Argentina (73 %), el primer país de la región en legalizarlo en 2010.
EFE