Multicultural, joven, irreverente, limítrofe, innovadora y creativa, a la ciudad de Tijuana le ajustan todos estos adjetivos, mientras, no para de evolucionar.
Si tomas tu lápiz con la mano derecha y te piden que dibujes un mapa de México, el punto donde seguramente apoyarás el carboncillo es donde se encuentra Tijuana, en la frontera más transitada del mundo que limita con Estados Unidos. Tal vez por eso, entre otros apodos, se le conoce como “la esquina de Latinoamérica”.
Alrededor de 50 millones de personas atraviesan cada año el paso fronterizo de San Ysidro que conecta Tijuana con la ciudad estadounidense de San Diego. Además de mexicanos y estadounidenses, ciudadanos de toda Latinoamérica y de rincones remotos del planeta utilizan este punto de tránsito internacional.
De modo que la gran cantidad de culturas que se dan cita en las calles de Tijuana han hecho que su lado creativo se desarrolle extraordinariamente, expresándose en diversas manifestaciones artísticas.
Así, el Cecut (Centro Cultural Tijuana), con el inconfundible perfil circular que le confiere su pantalla IMAX, se convirtió en un polo que atrae, propone, exhibe, moviliza y genera expresiones culturales novedosas. Aunque, el arte y la cultura de Tijuana no se limitan a quedarse en espacios cerrados y se abren paso por las calles de la ciudad.
También su gastronomía se sirve de los excelentes ingredientes que produce la zona para sugerir sabores tan intensos como innovadores con inspiraciones de lo más diversas. ¿Y de beber? La ciudad premiada como “capital de la cerveza artesanal de México” tiene mucho que proponer. Además, es otra de las ciudades que sirven como puerta de entrada al Valle de Guadalupe para recorrer la afamada Ruta del Vino en Baja California.
La Avenida Revolución es tal vez la columna vertebral de su actividad turística y el lugar por donde pasa buena parte de la vida de Tijuana. Sin embargo, quienes se decidan a explorarla a fondo podrán descubrir facetas insospechadas y sorprendentes de esta “ciudad global”.