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Una mujer de 61 años da a luz a su nieta mediante gestación subrogada

Una mujer de 61 años da a luz a su nieta mediante gestación subrogada
Internacional

Cecile Eledge se ofreció para ser el vientre que concebiría a la hija de su hijo, casado con otro hombre en Nebraska. La han llamado Uma y ambas están en perfecto estado de salud

Su nombre es Cecile Eledge y tiene 61 años. A su edad, cualquiera diría que ya podría estar esperando a que sus hijos le dieran nietos. Pero al tratarse de la madre y suegra de Matthew Eledge y Elliot Dougherty respectivamennte, una pareja homosexual residente en Nebraska, Estados Unidos, la cosa estaba bastante difícil. A los impedimentos biológicos que toda unión de dos personas del mismo sexo se enfrenta a la hora de procrear (y las disputas éticas que se dan en debates tan polémicos como el tema de los vientres de alquiler), se le sumaba el hecho de pertenecer a una comunidad bastante conservadora cuyos miembros aún no ven con buenos ojos la idea de que dos hombres puedan casarse y formar una familia, tal y como cuenta ‘Business Insider’.

El matrimonio se casó en 2015 en una ceremonia no religiosa oficiada en el lugar en el que se conocieron rodando una película, un bosque de la localidad de Omaha. Eledge y Dougherty se dieron el ‘sí quiero’ a los pocos días de que el matrimonio homosexual se legalizara en Nebraska, después de la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminara que prohibir este tipo de uniones era inconstitucional. Hasta tal punto llegaba el rechazo a la homosexualidad en su ciudad que en cuanto se hizo público su matriomonio a Matthew le despidieron del centro educativo (a cargo de la Iglesia Católica) en el que enseñaba Lengua Inglesa.

“¿Por qué no? Estoy sana y haré todo lo que esté en mi mano para que funcione”, dijo Cecile, la madre y abuela de 61 años

Ambos soñaban con formar una familia como otra cualquiera sin que eso tuviera que resultar malo o problemático para los demás. Entonces, el día que decidieron que querían ser padres y empezaron a investigar sobre la fecundación ‘in vitro’, descubrieron que las cosas se seguirían poniendo muy en contra para ambos. “Estábamos realmente agotados y un poco heridos por la situación, además de muy nerviosos por tener que habitar en un clima no muy tolerante con las parejas homosexuales”, relata Eledge en una entrevista. Es cuando la hermana de su pareja, Lea Dougherty, ofreció su útero para traer al mundo a su hijo.

En busca del milagro

Ellos no lo vieron bien porque su hermana también se encontraba formando su propia familia, así que, de improviso y sorpresivamente, Cecile, madre de Matthew, se ofreció como voluntaria para intentarlo. “¿Por qué no?”, se dijo a sí misma. Estoy sana y haré todo lo que esté en mi mano para que funcione”. En realidad, la idea parecía una locura: ¿cómo es que una mujer posmenopaúsica de más de 60 años pudiera dar a luz a un bebé?

“Para mí, fue una experiencia extracorpórea”, recuerda el padre primerizo. “Sentimos una gran fuerza de colaboración conjunta”

“El médico preguntó: ‘¿Está sana? ¿Tiene útero?'”, recuerda Matthew en declaraciones recogidas por la ‘BBC‘. “A partir de ahí, se nos fue de las manos. Mi madre seguía pasando una prueba tras otra y en un mes, nuestro médico ya le estaba administrando inyecciones de progesterona”. La fecundación se llevó a cabo ‘in vitro’, con un óvulo de la hermana de Elliott y un espermatozoide de Matthew, el mismo hijo que había tenido en sus entrañas hace ya varias décadas. “Una vez que tomamos la decisión, jamás me arrepentí”, confirmó Cecile. “Lo único que me preocupaba era que la fecundación no saliera bien, ese era mi mayor temor”.

Al cabo de una semana de que se produjera la unión entre las dos células, Cecile se sometió a una prueba de embarazo que arrojó un resultado positivo. Iba a tener un bebé. Su nieto o nieta nacería en nueve meses. En este proceso, la mujer de 61 años admitió que fue un embarazo duro, en el que “los síntomas que había tenido en los anteriores se acrecentaron un poco”. Náuseas, dolores de cabeza… y también diabetes gestacional, la cual tuvo que controlar a través de una dieta estricta. A pesar de todos estos problemas, ella recuerda en los medios que se sentía muy feliz al acudir a las citas con el médico con su hijo y su marido.

“Fue un momento muy especial en el que estábamos yo, mi mamá, Elliot y mi papá, e íbamos a todas las revisiones”, asegura Matthew. “La gente estaba confundida por nuestra situación y revolvimos muchas cabezas, pero fue muy significativo para nosotros el hecho de ser parte de las etapas de vida iniciales de nuestra hija”. Así, al cabo de nueve meses llegó al mundo Uma, su hija y nieta a la vez. “Para mí, fue una experiencia extracorpórea”, recuerda el padre primerizo. “Sentimos una gran fuerza de colaboración conjunta para traer a esta niña al mundo. Fue un momento doblemente gratificante, pues no solo tuvimos una nueva vida en la familia, sino que también mi madre se encontraba bien. Sentimos mucho alivio y alegría”.

“Para mí, fue un momento especial y mágico”, agregó la madre de 61 años “Supe que mi parte en esta historia había terminado, ahora es el momento de que comience la suya. Me siento genial al poder haberles dado una esperanza cuando ya pensaban que no la había por ninguna parte”. Por su parte, Matthew también remarcó lo “sorprendente” del poder y la fuerza que demostró su madre. “El hecho de verla brillar así a su edad me inspiró para seguir adelante. Ella hizo este último acto altruista, el cual me ha hecho querer ser más solidario y descubrir cómo puedo ayudar y servir a los demás para que sus sueños se hagan realidad”.

Fuente: El Confidencial

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